El sector tecnológico empuja con fuerza en un mundo conectado. La internacionalización y la transformación digital son conceptos ineludibles para la mayoría de los sectores productivos. Y la demanda de profesionales capaces de embarcarse en este reto global es acuciante, porque las necesidades evolucionan más deprisa que la generación de nuevas vocaciones.
“Queremos personas comprometidas, responsables, a las que les gusten los retos, que se lo crean; gente que quiera apostar y aportar en el proyecto, aunque no tengan experiencia específica en nuestro sector”, explica la CEO de Semicrol, Natalia Alciturri, para quien lo más importante a la hora de fijarse en un nuevo profesional para su equipo es “la capacidad de aprender y la actitud”.
Así lo afirmó durante su participación en el ‘Diálogo sobre el Futuro del Trabajo’ promovido por el Gobierno de España, la Comisión y el Parlamento europeos al que fue invitada como caso de éxito empresarial en la generación de empleo de calidad.
Desde su punto de vista, “hay mucho futuro vinculado a las carreras STEM” y, de hecho, actualmente “en el sector no hay profesionales suficientes que cubran la demanda para hacer los proyectos que tenemos que desarrollar”, por lo que es un gran momento para enfocarse como profesional en este ámbito, en el que las empresas compiten por hacerse con el mejor talento generando condiciones de trabajo que hagan inclinar la balanza a su favor. “O mi compañía es más atractiva que las otras o no podrá desarrollar los proyectos que tenemos previstos en nuestro plan estratégico”, ejemplificó.
Desde el punto de vista de Alciturri, la responsabilidad de Semicrol como empresa va mucho más allá de ofrecer un producto de calidad que garantice su permanencia, ya que es un concepto que se desarrolla en varias capas: con los clientes, por descontado, ofreciendo productos y servicios que resuelvan necesidades; con los empleados, generando un entorno de estabilidad que facilite el desarrollo profesional y personal, y con el territorio, como empresa familiar arraigada y concienciada con el desarrollo social de su comunidad.
En este sentido, defendió que esta responsabilidad múltiple, con todos sus matices, no está reñida con otros conceptos como rentabilidad o eficiencia, sino que, al contrario, los fortalece. “La figura del empresario esta aún mal vista, pero no hay que olvidar que es quien arriesga su patrimonio y quien decide reinvertir una y otra vez en su empresa por encima de su vida personal. Es una visión negativa que habría que cambiar, entendiendo bien el esfuerzo, el riesgo que se asume cuando se invierte y cuando en las espaldas recae la responsabilidad de mantener a 100 familias”, matizó la CEO de Semicrol, para quien la función directiva está íntimamente ligada a la responsabilidad y el compromiso.
Dos cualidades que, tal y como afirmó, son las que busca en los miembros de su equipo, muchos de ellos profesionales sin apenas experiencia cuando llegan a la empresa, recién licenciados, pero con virtudes que les hacen destacar y encajar en el proyecto.
“Es muy importante la diversidad: nos gustan los perfiles senior, los perfiles junior, nos gusta mezclar perfiles de distintos ámbitos, de distintas formaciones. Se complementan muy bien y construyen un grupo mucho más potente. De la formación específica ya se encarga la empresa. No necesitamos que las personas que llegan a la puerta de nuestros Recursos Humanos tengan una amplísima experiencia en el sector de la tecnología o de la investigación, con que tengan capacidad para aprender y actitud nos vale”, aclaró.
“El factor humano es fundamental para que nuestro proyecto crezca y por eso los empresarios estamos muy preocupados por retener el talento que tenemos y recuperar el que se ha ido fuera en busca de experiencias internacionales pero que está deseando desarrollar sus capacidades aportando valor a su país”.
Para conseguirlo, indicó que una de las principales ocupaciones es la de ofrecer empleo de calidad, con condiciones más allá del salario que permitan a las personas “desarrollarse, crecer y tener una estabilidad”. Un reto muchas veces complicado porque supone ofrecer una certidumbre en un entorno muy cambiante.
Además, aseguró que “las estructuras jerárquicas ya no funcionan. Necesitamos organizaciones mucho más planas, basadas en competencias”. Este convencimiento es el que hace años propició cambios en la propia estructura de Semicrol y la creación de la figura del responsable de talento, un profesional que vino a sumar a la función del responsable de Recursos Humanos y que específicamente se ocupa de “ver cómo está cada uno de los miembros de la empresa en el día a día: qué necesidades de formación tiene, cuáles son sus preocupaciones y cuáles son sus ámbitos de desarrollo”.
“La clave está en que la gente se sienta satisfecha, esté feliz y crea en tu proyecto como si fuese su proyecto individual”, recalcó la CEO de Semicrol en el encuentro en el que compartió mesa de debate con el director de Recursos Humanos del Banco Santander, Francisco Simón, y la directora general de Trabajo del Ministerio de Trabajo y Economía Social, Verónica Martínez Barbero.