El director Internacional de Semicrol abordó la alianza entre investigación y tecnología en el I Simposio en Ciencias de la Salud organizado por AMCIC
Multitud de sectores de actividad, incluida la investigación, se han adentrado en los últimos años en la senda de la transformación digital. Sin embargo, la crisis mundial provocada por la expansión de la COVID-19 lo ha acelerado todo. Una realidad que es a la vez “un reto y una gran oportunidad para transformar los centros de investigación, elevar la calidad cumpliendo los estándares internacionales más exigentes y atraer más ensayos clínicos”.
Así lo explicó el director Internacional de Semicrol, Vicente Alciturri, durante el I Simposio en Ciencias de la Salud organizado por AMCIC (Asociación Mexicana de Centros de Investigación Clínica), en el que participó con la ponencia ‘Los Centros de Investigación Clínica y la reingeniería tecnológica aliados indispensables en tiempos de pandemia. La experiencia en Europa y Latinoamérica’.
Tal y como indicó, para acometer la transformación digital de los centros de investigación es necesario que reguladores, investigadores y empresas de tecnología trabajen juntos. Como ejemplo, Alciturri citó algunas de las experiencias en esta materia que ha desarrollado Semicrol en España, México, Colombia y Perú, donde ya se están llevando a cabo proyectos encaminados a una gestión que apuesta por lo digital en detrimento del papel y que haga posible el trabajo tanto en formato presencial como en remoto.
En este sentido, Alciturri señaló como importantes para el trabajo de los centros de investigación varias herramientas tecnológicas: el expediente clínico electrónico, el CTMS (Clinical Trial Management System), el sistema de gestión de Farmacia y el cuaderno de recogida de datos, los diarios de pacientes y los consentimientos informados en formato electrónico.
Así, consideró que utilizar un sistema de información que aporte garantías para contar con el expediente clínico electrónico como documento fuente para los estudios “es vital” porque aporta seguridad, privacidad, confidencialidad, auditoría y trazabilidad a unos datos imprescindibles para la investigación, al tiempo que abre nuevas posibilidades de cara a los sponsors, como la monitorización remota de esos datos de manera parcelada, dependiendo de los permisos de seguridad del profesional que tenga que consultarlos.
Por otro lado, subrayó la importancia de que los centros de investigación dispongan de un sistema de gestión de ensayos clínicos CTMS que contribuya a ordenar y hacer accesible en condiciones de seguridad la información de los pacientes, la actividad y toda la documentación, de manera que se pueda generar estadísticas, indicadores e informes acerca del grado de avance de los ensayos. Todo ello “desde cualquier sitio y en cualquier momento”.
Igual de útil es, tal y como explicó el director Internacional de Semicrol, contar con un sistema de gestión de la farmacia de ensayos clínicos, que permita controlar toda la actividad y realizar la trazabilidad de todos los fármacos de investigación, como es el caso del módulo de Farmacia de Fundanet, ampliamente utilizado en España, México y Colombia y que “permite toda la trazabilidad del fármaco de investigación, desde que entra por el almacén del centro, hasta la dispensación a los pacientes, devoluciones, avisos ante riesgo de rupturas de stock, etcétera”.
Otras de las herramientas que ya se están utilizando, pero que “tienen que extenderse mucho más” son los cuadernos de recogida de datos, los diarios de pacientes y los consentimientos informados en su formato electrónico, que además de mejorar la eficiencia permiten que los procesos se hagan de forma mucho más segura “porque evita la transcripción del papel al documento digital y que exista circulación de datos fuera del sistema”.
Desde el punto de vista de Alciturri, dentro de no mucho tiempo “será difícil que veamos centros de investigación en los que los papeles van de un consultorio a otro, para captar información de los pacientes” por una cuestión de orden y eficiencia y también por las posibilidades que ofrece la digitalización para desarrollar una labor en la que la combinación de trabajo presencial y en remoto tenderá a imponerse.
Para ello, reflexionó, será necesario no solo la adopción de herramientas tecnológicas, sino abordar también “un cambio en la manera de trabajar y de gestionar nuestra actividad en el día a día”, que “nos traerá ventajas y mayor competitividad para los centros de investigación que mejor sepan adaptarse”.