El vertiginoso avance de la Inteligencia Artificial (IA) va a ofrecernos en el futuro más inmediato grandes prestaciones en multitud de ámbitos. Uno de los más prometedores es el vinculado al cuidado de la salud de las personas, que pasará de resolver problemas cuando estos ya han hecho su aparición, a enfocarse en conseguir detectar a partir del análisis de datos masivos señales muy tempranas, entender su significado e implicaciones y tratar los problemas de salud vinculados a esas señales de manera preventiva.
En esta tarea, los investigadores y profesionales sanitarios trabajan mano a mano con ingenieros especializados en tecnología aplicada al campo de la salud, profesionales capaces de entender sus necesidades y desarrollar software específico, que permita no solo acumular los datos procedentes de sus investigaciones o de la asistencia directa a los pacientes, sino también ordenarlos y presentarlos de un modo en el que puedan ser interpretados adecuadamente para tomar decisiones.
Cada vez será mayor el acceso a grandes fuentes de datos en esta Cuarta Revolución Industrial, acuñada en 2016 por Klaus Schwab como la generadora de “un mundo en el que los sistemas de fabricación virtuales y físicos cooperan entre sí de una manera flexible a nivel global”, con un alcance amplio, que va “desde la secuenciación genética hasta la nanotecnología, y de las energías renovables a la computación cuántica. Es la fusión de estas tecnologías y su interacción a través de los dominios físicos, digitales y biológicos lo que hace que la Cuarta Revolución Industrial sea diferente a las anteriores”.
Por ejemplo, en Reino Unido, el 100.000 Genome Project aglutina datos genéticos anonimizados, donados por ciudadanos que desean colaborar con un enorme repositorio de código abierto para la investigación. Este proyecto, que comenzó a desarrollarse hace menos de una década, ha permitido ya identificar muchas de las mutational signatures que ayudan a predecir qué células van a evolucionar en tumores cancerosos. Una información que permite anticipar drásticamente el tratamiento y personalizarlo.
Y algo más cerca, en nuestra tierra de origen, el instituto de investigación IDIVAL y el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla han puesto en marcha la Cohorte Cantabria, un estudio único y pionero en España que permitirá avanzar en el conocimiento de las enfermedades a través de los datos de salud y muestras donadas por los ciudadanos.
Por el momento, más de 17.800 voluntarios se han sumado ya a esta cohorte, que aspira a llegar a los 50.000 donantes y ser de gran utilidad para el desarrollo de la medicina de precisión y de nuevas estrategias de salud.
De vuelta a Klaus Schwab, “estamos ante una revolución tecnológica que modificará la forma en que vivimos”, con un alcance y complejidad “diferente a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes”, debido a su velocidad y alcance sin precedentes.
Y en este contexto, nuestra misión como creadores de software específicamente desarrollado para entidades de investigación es dar con soluciones que faciliten la interconexión de los profesionales y sus hallazgos, que aglutinen los datos de manera efectiva y ordenada, que ofrezca garantías de seguridad ante posibles ataques y la posibilidad de realizar una trazabilidad detallada de cada paso dado en un determinado proyecto o ensayo, que contribuyan a eliminar la información sensible almacenada en papel y que permitan explotar los hallazgos, facilitando una toma de decisiones informada.
Esos son los principales objetivos de nuestra suite Fundanet, que está permanentemente en proceso de actualización gracias a las aportaciones de los institutos de investigación, hospitales y fundaciones con las que trabajamos y que tienen en la ciencia de datos a una aliada para explotar toda la información que son capaces de generar.
Es un objetivo compartido a escala global, en el que desde Semicrol también colaboramos con nuestra participación como empresa proveedora de servicios certificada en la European Health Data & Evidence Network (EDHEN), una iniciativa que persigue crear una comunidad científica abierta y colaborativa en la que los datos de los pacientes que han dado su consentimiento a las diferentes entidades que participan en la red sean utilizados de una forma más efectiva.
Una comunidad que permite acceder a datos a gran escala y de la que estamos orgullosos de formar parte. Un paso más en el ilusionante camino por conseguir una medicina más preventiva y más personalizada.